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viernes, 28 de febrero de 2014

Mitin de bailarinas en monumento a la revolucion.

viernes, 21 de febrero de 2014

JovitaNoEstaSola JovitaLibre JOVITA MARTINEZ PRESA INJUSTAMENTE EN OAXACA

Jovita: víctima de violencia machista y presa injustamente 


Video



Jovita, originaria de Oaxaca, está presa de manera injusta, acusada de ser cómplice del asesinato de su bebé. El Ministerio Público no tomó en cuenta la violencia física y sicológica que sufrió por parte de su expareja, el asesino de su bebé.





Reseña del caso de Jovita

Jovita nació el 9 de febrero de 1993, pertenece a una familia nuclear integrada por ocho hermanos más y los padres de Jovita, Don Celedonio y Doña Gregoria, una familia campesina humilde la cual como pudo sacó adelante a sus hijos.
Jovita se fue a vivir con Salvador en el año 2012, él se portaba bien con ella al inicio de la relación, aunque Salvador nunca quiso casarse con ella, sin embargo la trataba bien, no era grosero.
En la comunidad Pensamiento Liberal perteneciente a San Miguel Peras, Oaxaca, es muy común que los hombres golpeen a las mujeres, o se dediquen a emborracharse por lo que si Salvador cometió algún acto de violencia para Jovita era normal. Jovita vivía en casa de los padres de Salvador, para ella no fue extraño el hecho de que Salvador no la dejara visitar la casa de sus padres, o que se la llevara con él todos los días a trabajar. Salvador se dedicaba a juntar leña y hacer carbón, Jovita le ayudaba a diario, la desconfianza de Salvador afloró cuando Jovita le dio a conocer que estaba embarazada, fue entonces que la violencia que él ejercía se agudizó, al conocer la maternidad de Jovita, Salvador le hizo saber que él no quería un bebé; después empezó a dudar de ella, diciendo que tal vez el bebé no era de él, en una ocasión él compro unas yerbas en Oaxaca que obligó (apretándole la nariz, con jaloneos, insultándola, forcejeando con ella) que las bebiera, sin embargo fue interrumpido por la suegra de Jovita. Después al quintó mes de embarazo Salvador pateó en repetidas ocasiones el vientre de Jovita para que abortara, fue entonces que la autoridad municipal supo que Jovita era maltratada por Salvador; la autoridad sólo le levantó un llamado de atención por escrito, sin que hiciera una denuncia formal ante la Procuraduría de Justicia del Estado de Oaxaca.
El 16 de junio de 2013 Jovita se sintió mal, ya estaba en días de su alumbramiento por lo que juntó con Salvador se trasladó a la Ciudad de Oaxaca para que naciera el bebé; finalmente el 18 de junio de 2013 por medio de una cesárea nació el pequeño. Al salir de la clínica de beneficencia que atendió a Jovita, Salvador intentó inducir a Jovita para que abandonará al bebé a lo que ella se negó, intentó convencerla por todos los medios sin embargo cambió su estrategia al ver la negativa de Jovita, y le dijo que le prestara al bebé que lo quería cargar, ella cedió sin imaginar que él lo mataría.
Cuando ella intentó quitarle al bebé Salvador camino muy rápido, casi corriendo por lo que para Jovita fue imposible alcanzarlo, sólo vio que Salvador metía en una mochila al bebé, por lo que ella se horrorizó e intentó hacer algo por rescatar al pequeño de las manos de Salvador, su padre. Al llegar a la terminal de camiones de segunda en la Ciudad de Oaxaca, Salvador se adelantó dejando atrás a Jovita, cuando ella finalmente lo alcanzó vio a Salvador sentado encima del pequeño, ella ya no pudo hacer nada; Salvador le dijo que se callara que si intentaba decir algo le pasaría lo mismo que al bebé, la mataría y le mostró una navaja que el cargaba siempre. Salvador dejó a Jovita sentada en una banca; ella comenta que desde ese momento ya no recuerda nada, hasta el momento en que él regresó ya sin el pequeño, Jovita ya no preguntó nada pues al momento Salvador le indicó a su hermana que le habían robado al bebé; a Jovita se la llevó su cuñada a un cuarto que renta en Oaxaca y Salvador se trasladó al Ministerio Público a hacer la denuncia mentirosa de que se lo habían robado; al regresar durante muchos días Salvador no la dejaba en ningún momento sola, y constantemente la amenazaba de que no abriera la boca, él se mantenía siempre cerca de ella, ni con los padres de Jovita la dejaba sola. Afortunadamente uno de esos días Salvador la dejó sola y al llegar los investigadores Jovita dijo la verdad, la llevaron a declarar, reclamó el cuerpo del bebé para poder enterrarlo en su pueblo, sin embargo eso ya no fue posible ya que Jovita fue detenida acusada de ser cómplice del asesinato del bebé, sin que el Ministerio Público considerara las condiciones de violencia sicológica y física que Jovita padecía.
Desde el 30 de junio de 2013 está recluida en el penal para mujeres de Tanivet, Tlacolula de Matamoros, Oaxaca. El duelo por la muerte de su pequeño hasta el momento no lo ha podido llevar a cabo, Jovita expresa que cuando la detuvieron le dijeron que: “hasta los animales defienden más a su hijos que ella, esa fue la verdadera causa por la que fue detenida”, y lograron crear en ella un sentimiento de culpabilidad. Ahora enfrenta un proceso legal siendo víctima de la violencia que este hombre ejercía sobre ella.
Desde el primer momento en que Jovita fue detenida sus padres abandonaron su pueblo, dejando atrás la tierra que cultivaban y de la que se mantenían, la señora a Gregoria dejó de hacer tortillas para comer y Don Celedonio indicó que no descansará hasta que su hija salga en libertad ya que ella es inocente. Últimamente Jovita teje bolsas de estambre en el penal para de alguna manera ayudarse y ayudar a sus padres económicamente sin embargo, no puede venderlas.
Este pequeño texto fue relatado por los padres y por la misma Jovita, quienes estamos ayudándole a Jovita a sacar su voz en las redes sociales somos un grupo de personas interesadas en que su voz y su historia sean escuchadas. Les queremos hacer saber a quienes la están apoyando que si desean enviarle alguna carta a Jovita lo pueden hacer a jovitalibre@gmail.com y sus padres se la harán llegar al penal.
Muchas gracias en nombre de Jovita y sus padres por todo el apoyo

Jovita presa injustamente

miércoles, 12 de febrero de 2014

YAKILIBRE: PARTEAGUAS EN LA JUSTICIA MEXICANA



Tal vez amable lector durante el mismo tiempo que usted lee estas líneas en Tepepan, en el reclusorio femenil, Yakiri Rubí Rubio Aupart está purgando una condena que no le corresponde. Meses de la vida de una joven mexicana se pierden entre términos legaloides y misoginia de estado. Pero no existe el tiempo perdido, gracias a sus muchas horas de reclusión la justicia mexicana tiene la oportunidad de corregir su senda, rectificar el rumbo, proveer justicia y no solo manosearla y venderla al mejor postor como han hecho tantos funcionarios y funcionarias en este país. ¿Hasta cuándo vamos a lucrar con el bien de los demás? Alguna vez México recuperará la dignidad original, el orgullo, la ética, el amor por la verdad, el respeto a la realidad y sobre todo el anteponer el bien de la nación al del ciudadano infectado de corrupción.

Lleno de irregularidades el proceso de Yakiri por el homicidio calificado de Miguel Angel Ramírez Anaya, su violador, su agresor, su secuestrador. Un tipo por demás insignificante, un malhechor cualquiera con más de 5 averiguaciones previas, un agresor sexual, un vecino de la doctores, una madrina de la PGJDF, un cargador de los desalojos del TSJDF, un cuate del MP de la Agencia 50, un criminal menos en las calles que encontró la muerte en la misma daga que empuñaba para sojuzgar a una persona 40 kilos y 30 cms más pequeña que él. Un cómplice que con su hermano, Luis Omar, parte acusadora de Yakiri y su verdugo también, se divirtieron una tarde el 9 de dic a costillas de una chica de 20 años, que modificaron toda la escena del crimen, que profanaron el cuerpo del occiso con 13 heridas más, que desaparecieron el cadáver sin reconocer qué sustancias había consumido el agresor. Sabemos que fumaron marihuana frente a Yakiri, que la PGJDF quiso desaparecer la bacha porque contenía el DNA del acusador infame. Que Luis Omar tuvo que dejar a Miguel Angel violando a Yakiri porque su esposa lo mandó llamar para decorar el altar de la virgen de Guadalupe que está a la entrada de la vecindad donde vivían todos.

No estamos en el México callado que suprime y tolera, que aguanta y se traga las ofensas, estamos en un México del siglo XXI en el que podemos reclamar, exigir, presionar, gritar, denunciar, tenemos con qué y por dónde. Existen las comisiones, existen las leyes, la gente, los funcionarios no son la ley, son servidores públicos cuya obligación es cumplir la ley, el que no esté dispuesto a hacerlo, el que piense que puede torcer la balanza de la justicia a su favor por unos pesos, el que quiera jugar al padrote de la dama de los ojos vendados está ya en el país equivocado. Lo mismo va para los que compran funcionarios, no tiren su dinero comprando espejitos por diamantes, proceso ilegal es proceso que caerá. No somos mercancía en este país, somos ciudadanos y como tales exigimos que nuestro país brinde los servicios que nos promete y nos debe, México somos todos, Yakiri es solo la punta de la lanza de cientos, tal vez miles, de procesos que son ilegales o infundados, de cientos o tal vez miles de mujeres y hombres inocentes que han sido violentados en sus derechos. Queremos que eso termine, ni un caso más, ni una venta más, si vendes justicia, tiembla que el bolsillo está por explotarte en las manos y eso, la libertad que tú privaste, será cambiada por la tuya. Eso pasará con Yakiri, eso pasará en México y no tengo boca de profeta, pero pluma sí. Un México Justo, un México con #yakilibre YA.

AMICUS CURIAE YAKIRI





CDHDF y el Comité por la Liberación de Yakiri presentan un amicus curiae ante la Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal

· Con base en el artículo 1º Constitucional, desde una perspectiva técnica y de forma respetuosa, se aportan elementos del derecho internacional de los derechos humanos y la perspectiva de género
· El Comité por la Liberación de Yakiri convoca a las organizaciones y a la sociedad civil a adherirse al amicus curiae
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y el Comité Ciudadano por la Liberación de Yakiri presentaron esta mañana a la Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en calidad de amicus curiae, un documento técnico de 44 páginas que contiene argumentos con enfoque de derechos humanos y desde la perspectiva de género en casos relacionados con la violencia contra las mujeres.
El objetivo de este aporte técnico es ofrecer de forma respetuosa al TSJDF, argumentos que puedan ser valorados en el marco de la próxima resolución de la apelación en el caso del procesamiento penal de Yakiri Rubí Rubio Aupart.
En el amicus curiae se resalta la obligación de las autoridades ministeriales y judiciales de iniciar un proceso de investigación e impartición de justicia basado en un enfoque de género que permita eliminar todos aquellos obstáculos -de hecho y de derecho- que puedan mantener o propiciar la impunidad en casos de violencia contra las mujeres, a partir del marco de las obligaciones internacionales en esta materia.
En la tramitación y procesamiento del caso se debió de cumplir con los criterios internacionales que en materia de derechos de las víctimas se han desarrollado en el sistema internacional de protección de los derechos humanos, se señala en el documento.
Esta aportación institucional de la CDHDF en colaboración con la sociedad civil, tiene como finalidad la incorporación de los más altos estándares en materia de derechos humanos y perspectiva de género al sistema de procuración e impartición de justicia.
Confiamos en que esta acción contribuye a impulsar mecanismos de colaboración para el fortalecimiento de la cultura de respeto y garantía de los derechos humanos en el marco de las competencias de cada institución.
El Comité Ciudadano por la Liberación de Yakiri convoca a las organizaciones y a la sociedad civil en general a adherirse a este amicus curiae, enviando sus firmas al correo electrónico amicusyakiri@gmail.com
Las firmas de adhesión serán entregadas en el TSJDF el próximo lunes 17 de enero a las 10 horas.

miércoles, 5 de febrero de 2014

MI QUERIDA YAKIRI


YAKIRI no es solo un nombre hebreo que significa "mi querida", Yakiri es una persona, joven, 20 años, menudita, pesa menos de 50 kg, es una chica y su nombre completo es Yakiri Rubí Rubio Aupart, es vecina de Tepito, es activista, es hija del barrio más bravo de la ciudad. Y así salíó de brava, de valiente, de sobreviviente. La bravura a la que me refiero es la que ha tenido ella para haber denunciado a su atacante aún a sabiendas de que el infierno que ahora purga es poco junto al que le desean sus acusadores.

Tú lo mataste, te voy a matar





Luis Omar Ramírez Anaya, quien fuera reconocido por Yakiri al entrar a la agencia 50 del MP para denunciar la muerte de su hermano. "Tú lo mataste, te voy a matar" fueron sus palabras al ver a Yaki siendo atendida de pie por un paramédico por heridas con arma blanca. Alcanzó a atacarla y golpearla por lo que la muchacha fue a dar a un separo y Luis Omar a rehacer la escena del crimen que denunciaba: homicidio calificado de Miguel Angel Ramírez Anaya. 
La más misteriosa de las escenas es que a dos meses de ocurridos los hechos y puestos los ojos de la opinión publica nacional e internacional en el caso más obvio de manipulación de la justicia que ha dado el joven año en curso. Luis Omar conoce a toda la gente de su barrio, la Colonia Doctores. De donde hay amistad con la PGJDF, la AGENCIA 50 DEL MINISTERIO PUBLICO, EL HOTEL ALCAZAR, EL METRO DOCTORES… Y su vecindad, su domicilio, donde viven y tienen su bonito altar a la Virgen de Guadalupe que sirve de testigo mudo a Luis Omar que alega que él estaba decorando su altar el pasado 9 de diciembre de 2013, día de San Juan Diego. Tal vez la virgen calle como callamos las mujeres que somos violentadas y quedamos mudas. Pero no solo existe la voz de Yakiri que la Justicia en el DF sigue sin querer escuchar, existe la pluma, existe la imagen, estamos plagados de gritos mudos que acusan de violación, secuestro, tortura, acoso callejero y tantas otras cosas repugnantes más a los hermanos Luis Omar y Miguel Angel Ramirez Anaya.  

Sin embargo Yakiri aún no califica para víctima, está en calidad de denunciante, no de víctima de violación. Tal vez en cuanto al proceso esta figura es correcta, puesto que no solo es víctima de violación por parte de dos sujetos que actuaron como feminicidas. Yakiri pertenece también a un grupo vulnerablizado que se ha movilizado haciendo pública su preferencia sexual lésbica. Las autoridades están violentando a una mujer, a una lesbiana, a una víctima de abuso sexual y violencia de género así como de tentativa de feminicidio. La buena voluntad de la PGJDF será cierta cuando reconozca que Yakiri fue violada.

Yo exijo que la PGJDF dé seguimiento a la averiguación previa que se abrió el 17 de dic por parte de la acusada Yakiri. Mi querida Yakiri, no eres la única, no estas sola, somos todas y todos los seres de buena voluntad que podemos ver más allá del filtro de nuestros propios intereses y unirnos a tu causa porque es cierta y justa. 

Es imperdonable que no se le dé crédito a una mujer que es a todas luces víctima de un ataque, sexual o no, pareja o no, ante todo personas y el derecho de igualdad que promulgamos todos los mexicanos en el articulo 1o constitucional. Exijo igualdad de género en la impartición de justicia en nuestra patria. 
¡Yakilibre Ya!





martes, 4 de febrero de 2014

INTEGRANTES DEL COMITE CIUDADANO LIBERTAD PARA YAKIRI


FEMINISTAS, PERSONAS DEFENSORAS Y ACTIVISTAS

  • Lydia Cacho, periodista feminista. 
  • Norma Esther Andrade, defensora de derechos humanos de las mujeres (Nuestras Hijas de Regreso a Casa, A.C.)
  • Jesusa Rodríguez, actriz feminista
  • Liliana Felipe, actriz feminista
  • Mayela García, defensora feminista, (Directora de CIDEM)
  • Lucía Lagunes Huerta, periodista feminista (Directora de CIMAC)
  • Karla Micheel Salas Ramírez, abogada feminista (Presidenta de ANAD)
  • Miriam Pascual, abogada defensora de derechos humanos (ANAD)
  • Alma Ugarte Pérez, activista feminista (Cámara de Diputados)
  • Emmanuel Álvarez Brunel, activista feminista (Bloque Rosa)
  • Edith López, abogada feminista (Cámara de Senadores)
  • Laura Aragón, defensora de Derechos Humanos (Directora de MUKIRA)
  • Fabiola Díaz de León, escritora, productora y activista (Directora de Escuela de Señoritas, Presidenta Personalidad Jurídica AC)
  • Edgar Olguín, director de Neta Producciones
  • Claudia Hernández, fotógrafa y documentalista
  • Yohali Reséndiz, reportera en Cadena3 y Conductora de ExcélsiorTv Domingos 
  • Mayra Claudia Valenzuela Rosas, defensora de Derechos Humanos 
  • Mónica del Carmen, actriz y activista 
  • Rosa Evelia Villarruel Figueroa
  • Julieta Hernández Camargo, Si hay Mujeres en Durango AC
  • Luz Estela Castro Rodríguez, Defensora de Derechos Humanos
  • Cistina Hardaga, JASS, Asociadas por lo Justo
  • Clemencia Correa, Aluna Acompañamiento Psicosocial
  • Blanca Isabel Martínez Bustos. Defensora de Derechos Humanos.
  • Blanca Mesina Nevárez, Defensora de Derechos Humanos
  • Estefanía Sánchez Navarro Ramírez, Periodista y Defensora de Derechos Humanos 
  • Yunuhen Rangel Medina, Periodista y Defensora de Derechos Humanos
  • Elga Aguilar, Comité Cerezo México
  • Laura Carlsen, Defensora de Derechos Humanos
  • Nadin Reyes Maldonado, Hastaencontrarlos
  • Fabiola González Barrera, Defensora de Derechos Humanos
  • Dulce María López Vega, promotora cultural
  • Guadalupe Julián Chávez
  • Claudia Cruz
  • Mayra López Pineda, Abogada Defensora de Derechos Humanos
  • Grettel Rodríguez Almeida, Abogada Defensora de Derechos Humanos

ORGANIZACIONES 

  • ANAD
  • MUKIRA
  • Familias Diversas, A.C.
  • Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca
  • Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México
  • Escuela de Señoritas 
  • Personalidad Jurídica A.C.
  • Rosas Rojas
  • Pan y Rosas
  • Bloque Rosa
  • Nuestras Hijas de Regreso a Casa
  • Neta Producciones
  • Producciones y Milagros Agrupación Feminista, A.C. 
  • Colectivo Bordamos Feminicidios
  • Colectivo de Investigación, Desarrollo y Educación entre Mujeres A. C. (Cidem)
  • Grupo de Acción Revolucionaria (GAR)
  • Mujeres Grabando Resistencias
  • Centro de Apoyo al Trabajador (CAT)




domingo, 2 de febrero de 2014

WOODY ALLEN, PREDADOR SEXUAL, SU HIJA, DYLAN FARROW


An Open Letter From Dylan Farrow/
Una carta abierta de Dylan Farrow


DESPUES DE LEER ESTA CARTA, ¿CUAL ES TU PELICULA FAVORITA DE WOODY ALLEN?
Dylan FarrowFrances SilverDylan Farrow

Una nota de Nicholas Kristof:
En 1993, las acusaciones de que Woody Allen había abusado a su hija adoptiva, Dylan Farrow, llenaron los titulares, parte por el escándalo generado por la separación de ambas celebridades: Allen y su novia, Mia Farrow. Se trata de un caso del que se ha escrito infinitamente, pero es ésta la primera vez que la misma víctima, Dylan Farrow, escribe al respecto en público. Es importante notar que Woody Allen nunca ha sido procesado en este caso y ha negado consistentemente haber hecho algo malo; merece el beneficio de la duda y la presunción de inocencia. ¿Entonces porqué publicar de nuevo este caso en mi blog? Parte porque el premio de los Globos de Oro por la trayectoria de vida que le dieron a Allen ha desatado un debate en torno a la legitimidad del mismo. También porque el asunto central no es la pareja célebre sino el abuso sexual. En parte porque mucha gente, con muchas posturas, han escrito apasionadamente sobre estos hechos, pero aún no hemos escuchado la versión de la joven mujer que fue objeto del abuso, he escrito una columna al respecto, pero es tiempo de que el mundo escuche y lea la histora de Dylan en sus propias palabras:
"¿Cuál es tu película favorita de Woody Allen?" 
Antes de responder, debes saber: 
Cuando tenía 7 años, Woody Allen me llevó de la mano a un ático semejante a un clóset oscuro, en el segundo piso de nuestra casa. Me dijo que me pusiera sobre mi estomago y jugara con el tren eléctrico de mi hermano. Entonces él me ataco sexualmente. Me habló mientras lo hacía, murmurando que yo era una niña buena, que era nuestro secreto, prometiendo que iríamos a Paris y que sería una estrella en sus películas. Recuerdo cómo miraba fijamente el tren de juguete, concentrada en él mientras giraba en su círculo alrededor del ático. Hasta éste día, me cuesta trabajo ver trenes de juguete. 
Desde que recuerdo, desde siempre, mi padre estuvo haciéndome cosas que no me gustaban. No me gustaba que me alejara seguido de mi madre, mis hermanos y amigos, para estar a solas con él. No me gustaba que me metiera el pulgar a la boca. No me gustaba cuando me tenía que meter a la cama bajo las sábanas con él en calzones. No me gustaba que pusiera su cabeza en mi regazo y respirara en él.  Me escondía bajo las camas o me encerraba en el baño para evitar estos encuentros, pero siempre me encontraba. Esto pasaba tan seguido y era tan de rutina, tan bien escondido de mi madre que me hubiera protegido si lo hubiera sabido, eso me hacía pensar que era lo normal. Pensaba que los padres hacían eso con sus hijas, pero lo que me hizo en el ático se sentía diferente. No podía seguir guardando el secreto.  
Cuando le pregunté a mi madre si su papa le hacia a ella lo que Woody Allen me hacía a mi, honestamente sin saber la respuesta, y tampoco sabía la tormenta de fuego que desataría. No sabía que mi padre usaría su relación sexual con mi hermana para cubrir el abuso que había infringido en mí. Tampoco sabía que acusaría a mi madre de sembrar el abuso en mi cabeza y llamarla una mentirosa por defenderme. Tampoco sabía que contaría mi historia una y otra vez, doctor tras doctor, presionada a admitir que estaba mintiendo como parte de una batalla legal que yo no podía comprender. En un punto, mi madre se sentó conmigo y me dijo que no tendría problemas si había dicho mentiras. Que podía retractarme de todo.  No pude, todo era cierto. Las acusaciones de abuso sexual contra los poderosos se tambalean más facil. Hubo expertos dispuestos a atacar mi credibilidad. Hubo doctores dispuestos a deslumbrar a una niña abusada.
Después de que en una audiencia de custodia se le negaron los derechos de visita a mi padre, mi madre declinó perseguir los cargos criminales, aún cuando hubo pruebas que lo sustentaban en el Estado de Connecticut -debido a, en palabras del fiscal, la fragilidad de la víctima menor de edad-. Woody Allen nunca fue condenado por ningún crimen. Que se haya salido con lo que me hizo me ha atormentado durante todo mi crecimiento. Me atacaba la culpa por haberle permitido estar cerca de otras niñas pequeñas. Estaba aterrada de que me tocaran los hombres. Desarrollé un desorden alimenticio. Me empecé a cortar sola. Ese tormento empeoraba con Hollywood. Todos, menos algunos apreciados pocos, mis héroes, se hicieron de la vista gorda. Muchos preferían la ambigüedad de "quién puede decir qué pasó..." que aceptar que todo estaba mal. Los actores lo alababan en los programas de entrega de premios. Las televisoras lo ponían en TV. Los críticos en revistas y medios, cada que veía la cara de mi predador sexual, en un póster, camiseta o televisión -sólo podía ocultar mi pánico hasta que encontraba un lugar donde quebrarme a solas. 
La semana pasada, Woody Allen fue nominado para su más reciente Oscar. Pero esta vez, me he rehusado a romperme en pedazos. Por tanto tiempo, la aceptación que recibe Woody Allen me mantenía silenciada.  Lo sentía de manera personal, como si los premios y las menciones fueran una manera de decirme cállate y aléjate. Pero los sobrevivientes de abuso sexual que se han acercado a mí  -para apoyarme y compartirme su miedo, para salir a decir las cosas, que te llamen mentirosa, que te digan que son recuerdos y solo eso, recuerdos- me han dado una razón para no estar callada, si tan solo otros supieran que no tiene que quedarse callados tampoco. 
Hoy me considero afortunada. Estoy felizmente casada. Tengo el apoyo de mis increíbles hermanos y hermanas. Tengo una madre que encontró en sí misma una fuente de fortaleza y nos salvó del caos predador que entró en nuestro hogar llamado Woody Allen. 
Pero otros todavia tienen miedo, están vulnerados y luchando para encontrar el coraje y decir la verdad. El mensaje que mande Hollywood importa para ellos. 
¿Y si hubiera sido tu hijo, Cate Blanchett? ¿Louis CK? ¿Alec Baldwin? ¿Y si hubieras sido tú, Emma Stone? ¿O tú, Scarlett Johansson? Tú me conociste cuando era una niña, Diane Keaton. ¿Te has olvidado de mí?
Woody Allen es un vivo testamento y testimonio de como nuestra sociedad le falla a las víctimas de abuso sexual. 
Así que imagínense a su hija de 7 años siendo dirigida por Woody Allen a un ático. Imaginen que ella pasará su vida golpeada por la nausea ante la mención de su solo nombre. Imaginen un mundo celebrando a su violador.
¿Se imaginan eso? Ahora, ¿cuál es tu película favorita de Woody Allen?

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NOTA ORIGINAL
(A note from Nicholas Kristof: In 1993, accusations that Woody Allen had abused his adoptive daughter, Dylan Farrow, filled the headlines, part of a sensational story about the celebrity split between Allen and his girlfriend, Mia Farrow. This is a case that has been written about endlessly, but this is the first time that Dylan Farrow herself has written about it in public. It’s important to note that Woody Allen was never prosecuted in this case and has consistently denied wrongdoing; he deserves the presumption of innocence. So why publish an account of an old case on my blog? Partly because the Golden Globe lifetime achievement award to Allen ignited a debate about the propriety of the award. Partly because the root issue here isn’t celebrity but sex abuse. And partly because countless people on all sides have written passionately about these events, but we haven’t fully heard from the young woman who was at the heart of them. I’ve written a column about this, but it’s time for the world to hear Dylan’s story in her own words.)

What’s your favorite Woody Allen movie? Before you answer, you should know: when I was seven years old, Woody Allen took me by the hand and led me into a dim, closet-like attic on the second floor of our house. He told me to lay on my stomach and play with my brother’s electric train set. Then he sexually assaulted me. He talked to me while he did it, whispering that I was a good girl, that this was our secret, promising that we’d go to Paris and I’d be a star in his movies. I remember staring at that toy train, focusing on it as it traveled in its circle around the attic. To this day, I find it difficult to look at toy trains.
For as long as I could remember, my father had been doing things to me that I didn’t like. I didn’t like how often he would take me away from my mom, siblings and friends to be alone with him. I didn’t like it when he would stick his thumb in my mouth. I didn’t like it when I had to get in bed with him under the sheets when he was in his underwear. I didn’t like it when he would place his head in my naked lap and breathe in and breathe out. I would hide under beds or lock myself in the bathroom to avoid these encounters, but he always found me. These things happened so often, so routinely, so skillfully hidden from a mother that would have protected me had she known, that I thought it was normal. I thought this was how fathers doted on their daughters. But what he did to me in the attic felt different. I couldn’t keep the secret anymore.

When I asked my mother if her dad did to her what Woody Allen did to me, I honestly did not know the answer. I also didn’t know the firestorm it would trigger. I didn’t know that my father would use his sexual relationship with my sister to cover up the abuse he inflicted on me. I didn’t know that he would accuse my mother of planting the abuse in my head and call her a liar for defending me. I didn’t know that I would be made to recount my story over and over again, to doctor after doctor, pushed to see if I’d admit I was lying as part of a legal battle I couldn’t possibly understand. At one point, my mother sat me down and told me that I wouldn’t be in trouble if I was lying – that I could take it all back. I couldn’t. It was all true. But sexual abuse claims against the powerful stall more easily. There were experts willing to attack my credibility. There were doctors willing to gaslight an abused child.
After a custody hearing denied my father visitation rights, my mother declined to pursue criminal charges, despite findings of probable cause by the State of Connecticut – due to, in the words of the prosecutor, the fragility of the “child victim.” Woody Allen was never convicted of any crime. That he got away with what he did to me haunted me as I grew up. I was stricken with guilt that I had allowed him to be near other little girls. I was terrified of being touched by men. I developed an eating disorder. I began cutting myself. That torment was made worse by Hollywood. All but a precious few (my heroes) turned a blind eye. Most found it easier to accept the ambiguity, to say, “who can say what happened,” to pretend that nothing was wrong. Actors praised him at awards shows. Networks put him on TV. Critics put him in magazines. Each time I saw my abuser’s face – on a poster, on a t-shirt, on television – I could only hide my panic until I found a place to be alone and fall apart.
Last week, Woody Allen was nominated for his latest Oscar. But this time, I refuse to fall apart. For so long, Woody Allen’s acceptance silenced me. It felt like a personal rebuke, like the awards and accolades were a way to tell me to shut up and go away. But the survivors of sexual abuse who have reached out to me – to support me and to share their fears of coming forward, of being called a liar, of being told their memories aren’t their memories – have given me a reason to not be silent, if only so others know that they don’t have to be silent either.
Today, I consider myself lucky. I am happily married. I have the support of my amazing brothers and sisters. I have a mother who found within herself a well of fortitude that saved us from the chaos a predator brought into our home.
But others are still scared, vulnerable, and struggling for the courage to tell the truth. The message that Hollywood sends matters for them.
What if it had been your child, Cate Blanchett? Louis CK? Alec Baldwin? What if it had been you, Emma Stone? Or you, Scarlett Johansson? You knew me when I was a little girl, Diane Keaton. Have you forgotten me?
Woody Allen is a living testament to the way our society fails the survivors of sexual assault and abuse.
So imagine your seven-year-old daughter being led into an attic by Woody Allen. Imagine she spends a lifetime stricken with nausea at the mention of his name. Imagine a world that celebrates her tormenter.
Are you imagining that? Now, what’s your favorite Woody Allen movie?

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