Con la reforma a la ley que penaliza la trata de personas en nuestro país se han polarizado las cosas de tal manera que parece que todos hablamos y opinamos sin saber. Los ataques van hacia senadoras y personalidades de la política, gente que está promoviendo la reforma y gente que se manifiesta en contra como las periodistas Lydia Cacho y Sanjuana Martínez.
¿Hasta dónde es una realidad o hasta donde responde a cotos de poder que nada tienen que ver con la justicia social?
Los grupos de trabajadoras sexuales que pertenecen al sector Travesti, Transexual y Transgénero se pronuncian en contra de la reforma aún sin saber qué dice o qué propone como bien dijo mi fuente cercana a ellas. Nos queda claro que el debate es mucho, pero también es necesario acercarse a los y las legisladoras y saber específicamente de qué estamos hablando. No solamente hacer una negativa a ciegas es la postura, el trabajo sexual no está penalizado, la trata de personas sí lo está. No es de extrañar que las mismas víctimas defiendan a sus lenones y lenonas, que se sientan protegidas o que crean que son sus benefactores y benefactoras. Sucede que cualquier lucro con el uso sexual de un tercero se considera lenocinio, en esto podríamos ahondar todos y ver hasta donde somos parte del problema.
Al usuario de los y las trabajadoras sexuales no se le pretende penalizar -mi postura difiere de esto- pero son la causa de que el mercado sexual sea tan vasto como es en nuestro país. Sucede entonces que una persona con dinero puede rentar los genitales, el cuerpo, la dignidad y el honor de cualquiera que esté en oferta o de cualquiera que no lo esté. Es triste que en pleno siglo XXI el sexo siga siendo un mercado y no un entendimiento entre adultos que acuerdan entre sí en el que no tenga que haber un intercambio económico de por medio. Pobres seres que suplen sus necesidades más íntimas explotando sexualmente a quien se les dé su voluntad. Aquí entraré en polémica, son muchos los jovencitos que se prostituyen por no tener un lugar donde vivir, por no tener un oficio, por carecer de oportunidades, por ser adictos, por tener que mantener a sus familias... más son los usuarios que aprovechan la desdicha y el desamparo de seres humanos para lograr tener una satisfacción sexual pasajera y desechable. Simple pobreza de alma en mi opinión.
¿Hasta dónde es una realidad o hasta donde responde a cotos de poder que nada tienen que ver con la justicia social?
Los grupos de trabajadoras sexuales que pertenecen al sector Travesti, Transexual y Transgénero se pronuncian en contra de la reforma aún sin saber qué dice o qué propone como bien dijo mi fuente cercana a ellas. Nos queda claro que el debate es mucho, pero también es necesario acercarse a los y las legisladoras y saber específicamente de qué estamos hablando. No solamente hacer una negativa a ciegas es la postura, el trabajo sexual no está penalizado, la trata de personas sí lo está. No es de extrañar que las mismas víctimas defiendan a sus lenones y lenonas, que se sientan protegidas o que crean que son sus benefactores y benefactoras. Sucede que cualquier lucro con el uso sexual de un tercero se considera lenocinio, en esto podríamos ahondar todos y ver hasta donde somos parte del problema.
Al usuario de los y las trabajadoras sexuales no se le pretende penalizar -mi postura difiere de esto- pero son la causa de que el mercado sexual sea tan vasto como es en nuestro país. Sucede entonces que una persona con dinero puede rentar los genitales, el cuerpo, la dignidad y el honor de cualquiera que esté en oferta o de cualquiera que no lo esté. Es triste que en pleno siglo XXI el sexo siga siendo un mercado y no un entendimiento entre adultos que acuerdan entre sí en el que no tenga que haber un intercambio económico de por medio. Pobres seres que suplen sus necesidades más íntimas explotando sexualmente a quien se les dé su voluntad. Aquí entraré en polémica, son muchos los jovencitos que se prostituyen por no tener un lugar donde vivir, por no tener un oficio, por carecer de oportunidades, por ser adictos, por tener que mantener a sus familias... más son los usuarios que aprovechan la desdicha y el desamparo de seres humanos para lograr tener una satisfacción sexual pasajera y desechable. Simple pobreza de alma en mi opinión.
En este país hasta el más chimuelo masca piedras, tal es el caso de los evangélicos de casa de la roca, Rosi y Alex Orozco. Una diputada con Calderón e impulsora de la ley que se reforma actualmente, el segundo su esposo y ex director del INAPAM.
De vender seguros pasaron a venderle el voto evangélico (lo que sea que eso sea) a Calderón que se los compró tan bien que hasta la fecha los señores viven del erario y del dinero que se destina a las víctimas de trata. Inmuebles de narcos, presupuestos etiquetados... Rosi perdió la candidatura por el PAN al senado, pero su nivel de vida no baja. A mi en lo personal me haría muy feliz que se auditen todas las asociaciones civiles y supiéramos que pasa con los recursos a nivel transparencia, pero no es posible. Lo que sí es posible ver es la declaración de bienes de cuando la señora fue diputada y el señor director de INAPAM y pues una buscadita y el dinero, como la mierda, cuando es mal habido, siempre sale a flote. Por otro lado no son pocos los testimonios de las chicas víctimas de trata, nada más irregular en el manejo de víctimas, algo que la comisión de víctimas tendrá que revisar sin duda en estos meses.
Decía mi maestro José Antonio Alcaraz: "Eres pobre porque quieres, vende tu cuerpo." Mi maestro era un hombre solitario cuyo placer sexual consistía en ir a un baño de vapor para que el masajista le hiciera su chaqueta semanal. Dudo que su desempeño sexual haya sido óptimo. Dice el dicho que no es lo guapo del chichifo lo que se paga, sino lo fea de la jota que lo contrata. Ahora en la época de las y los escorts, el lenocinio consiste en poner páginas donde por un mínimo de mil 800 pesos las y los anuncian todo un mes. Lenocinio electrónico. También se dan las ¨cooperativas sexuales de trabajadoras del sexo comercial del sector TTT donde defienden a las madrotas a capa y espada. Se dicen protegidas, eso no tiene nada de malo, y mientras no haya un intercambio económico no existe delito a perseguir. Pero donde haya un solo peso la ley se aplica y con todo su poder.
Lo mismo va para los usuarios de las orgías y los grupos swingers, los cuartos oscuros y todo tipo de giros negros, ¿hasta cuándo vamos a nutrir las bolsas de la corrupción y las mafias organizadas por placeres pasajeros que cuestan vidas humanas?
El problema es social, mientras el comercio sexual sea visto como un pasatiempo o un deporte estaremos en el mismo problema tengamos la ley que tengamos. Me extraña que se culpen a los ricos y poderosos exclusivamente. Intuyo intereses políticos y económico más que otra cosa. No señoras y señores. Decir no a la trata comienza con cada uno de nosotros, unos por usuarios otras por desvalidas y desamparadas. Y entre nosotros los lenones como un dios. Las mafias, las violaciones, los secuestros, los engaños, y todo lo que este mercado vergonzante conlleva.
Yo los invito a los hombres a mejorar su autoestima e invertir su dinero en seducciones y no en compra de placeres falsos y forzados por un sistema económico esclavista carente de dignidad y derechos humanos.
SOBRE EL TEMA
COLUMNA DE ARELY ROJAS, LA BARBIEROJA,