Dilectas alumnas de la ESCUELA DE SEÑORITAS, continuamos con la historia de las lesbianas, nos vamos acercando peligrosamente al siglo XX en el que nacen los grupos activistas homosexuales y surgen las siglas LGBT para denominar a nuestra comunidad. Pero antes entraremos en materia del siglo XIX en México. Tras las guerras de Independencia se dan la guerra contra los Estados Unidos en la que perdemos casi el 50% de nuestro territorio y posteriormente la Intervención Francesa con Maximiliano y Carlota durante la presidencia de Benito Juárez. Los franceses incluyen el código napoleónico que no contemplaba a la sodomía como una ofensa al estado y no fue sino hasta 1875 que se incluye el concepto de “faltas a la moral” en la que los homosexuales volvemos a estar penados por ley. Cabe señalar que Maximiliano era homosexual y era bien sabido en las cortes de Europa por lo cual lo casan con Carlota. Maximiliano fue fusilado junto con su amante que le fue fiel hasta el final cuando los ejecutaron en el Cerro de las Campanas. Carlota por su parte tuvo amantes hombres de los cuales incluso estuvo embarazada pues con Maximiliano no compartía vida sexual alguna.
Mientras la homosexualidad de los hombres se da en las calles la femenina está resguardada por las paredes de las casas. Esto nos hace más conspicuas a las mujeres que tenemos sexo con mujeres. Ya durante el porfiriato los hombres homosexuales comienzan a ser perseguidos como criminales y es ahí donde se da el famoso baile de los 41 en 1901. Sucede que en una casa había una fiesta de puros hombres en los que 22 estaban vestidos de señor y 19 vestidos de señoras. Los gendarmes organizan una redada y salen todas las locas corriendo. El baile se hizo famoso hasta la fecha y el número 41 pasó a ser un símbolo de homosexualidad porque entre los invitados al baile estaba el yerno del presidente Díaz, Antonio de la Torre al que los oficiales dejan en libertad a diferencia de los demás jotitos que acabaron en la península de Yucatán haciendo trabajos forzados en la siembra del henequén.
Emiliano Zapata fue caballerango de Antonio de la Torre y se dice hasta la fecha que fueron amantes. Ya durante la Revolución en las filas zapatistas aparece Amelia Robles. Mujer homosexual y travesti que vivió su vida como hombre adoptando el apelativo de Coronel Amelio Robles. Era tan bueno en batalla que llegó a ser condecorado por el estado en reconocimiento a su labor durante la revolución. Cuenta su historia que tuvo varias parejas mujeres, una incluso duró más de diez años con una. Su familia y comunidad aceptaron la convención de que Amelia ahora era Amelio y siempre lo trataron con respeto y como hombre. Se dice también que era mujeriego, borracho y jugador como debían de ser los machos de la época. Le gustaba la pachanga y era bueno de bailador con las muchachas, aparte de coqueto y lanzado. Este travesti marca la historia en México pues es el único que ha sido documentado en sus tiempos. El Coronel Robles es considerado uno de los valientes de los ejércitos Zapatistas y considerado héroe de la Revolución aun cuando los estudiosos lo traten como mujer y no tomen en cuenta su identidad sexual de hombre cosa que es una falta terrible a los derechos de los trans pues ignoran su convención masculina. Esto es algo de lo que todos y todas debemos aprender. Cuando una persona decide que es del sexo contrario al que nació, y vive su vida como tal, tenemos la obligación de aceptarlos genéricamente como del sexo opuesto. Es una falta de respeto dirigirse a un trans como su sexo biológico. Nunca debemos decirle a una chica trans su nombre de hombre o a un chico trans su nombre de mujer. Por eso es importante que el estado los reconozca como su sexo adoptado y puedan tener documentos que respeten su condición trans. En México ya contamos con mecanismos en los que el gobierno expide una nueva acta de nacimiento con el sexo asignado de su preferencia. En la zona rosa ya existe una oficina que atiende las necesidades de la comunidad y tenemos un Ministerio Público transgénero que atiende dicha oficina.
Podemos constatar que en la historia de la revolución las huestes zapatistas fueron más libres sexualmente y no sería de extrañarnos que en la bola hubiera más homosexuales que vivieron su vida erótico afectiva libremente tanto hombres como mujeres. Seguramente entre las adelitas había hombres travestidos y que Amelio Robles no hubiera sido el único caso, pero ya en el siglo XX se conocen de lugares de ligue gay, baños, tranvías y cantinas fueron famosas a principios de siglo y ya homosexuales como Salvador Novo podían vivir su vida fuera del clóset siendo reservados como funcionarios públicos. Pero las lesbianas no hacemos sitios de ligue, no somos afectas a los baños públicos ni a los tranvías. El lesbianismo se vive a puerta cerrada en la intimidad de las casas y seguramente la idea de que entre puras mujeres no podemos hacer nada. “De qué te preocupas? Son puras viejas”. Chocolate por la noticia, las viejas también tenemos vida y podemos vivirla libremente en nuestros propios espacios. Se habla de solteronas que vivieron en pareja durante años sin despertar las sospechas de la sociedad heterosexual.
Les dejo de tarea que revisen la vida de Amelio Robles, en el internet hay varios artículos interesantes. Con esto terminamos la clase de historia de hoy en ESCUELA DE SEÑORITAS. Prepárense porque la próxima clase veremos aparecer a la comunidad LGBT y a los activistas homosexuales. Pasen un lindo comienzo de semana y nos estamos leyendo.