De pena ajena
VEO CON VERDADERA PENA AJENA A PERSONAS CON PREFERENCIAS SEXUALES DIFERENTES A LAS HETEROSEXUALES COMPORTARSE COMO EL LOBO DEL HUMANO DIVERSO.
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POR: FABIOLA DÍAZ DE LEÓN
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Este fenómeno de la pena ajena es tan mexicano como el origen de la chingada misma. Veo con verdadera pena ajena a personas con preferencias sexuales diferentes a las heterosexuales comportarse como el lobo del humano diverso. La Ley General de Diversidad Sexual tiene grandes fallas como documento, pero lo peor de todo es que evidencia la visión que tienen estas personas diversas de sí mismas y de los demás miembros de la disidencia heterocentrista. Piensan en una ley que responda por un grupo vulnerable, nosotros, los que cachamos granizo, a los que se nos hace agua la canoa, las que tallamos pelucas, los que nos hacemos ver como el sexo opuesto, los que nos hemos modificado el cuerpo para vivir como el sexo que no nacimos, los antinaturales, los que tomamos estrógenos o progesterona en busca de un cambio de sexo, los que nacimos con genitales indefinidos, las que se quitan los senos, los que se ponen senos, puedo seguir indefinidamente con la serie de expresiones que denostan nuestra diferencia a la sexualidad de manera más que morbosa y peyorativa. Precisamente porque se piensa así de nosotros somos catalogados oficialmente como grupo vulnerable.
Como población somos un grupo integrado en todas las células sociales, somos ciudadanos y somos mexicanos, somos iguales, somos todos los que sentimos que la persona que más falta nos hace en la vida es de un sexo igual y no diferente, como dicta la norma de la heterosexualidad que se ve con total admiración y aplausos. Somos nosotros, los que no sentimos eso por el sexo opuesto sino por el mismo sexo, los que trabajamos, estudiamos, resolvemos, celebramos, pagamos, compramos, vivimos, y exigimos nuestro derecho a hacerlo amparados por todos los derechos que dictan los tratados internacionales en materia de derechos humanos que nuestro país ha signado.
Sin embargo proponer credencializar nuestra no heterosexualidad, someternos a cartillas especiales de vacunación y brindarnos aún la mayoría de edad en guarderías es más que absurdo, es una ley hecha con las patas de gente muy poco cuidadosa y oportunista. Gente que por desgracia para el planeta y el país pertenece a la población LGBTTTI, se trata de plumas muy desafortunadas en manos de ideas aún más tristes. ¿Porqué pedir que el estado se comporte con ellos y con todos como lo harían los nazis en el tercer Reich? Es preocupante que semejante ley disparatada y obtusa haya salido de plumas de la diversidad, denota qué visión tienen de sí mismos estos pillos de mala muerte. Increíble que la buena voluntad del estado en este caso por parte de la única senadora del partido de izquierda ciudadana haya quedado en manos de una mujer psicológica que quiere que el estado certifique su calidad de mujer no heterosexual, tener una cartilla de vacunación especial y exigir que se le trate como una minusválida sexual siendo solamente un ser minusválido en los ideales y la buena manera de vivir. De pena ajena ante el país entero porque con estas propuestas nos vemos orillados a levantar la voz ante nosotros mismos y los líderes fraudulentos que ostentan un trono que no existe en el colectivo, no nos representa a todos nadie, somos muchas cabezas, muchas voces, y nos alzamos a la vez para decir basta de homofobia de estado hacia nosotros, ya bastante tenemos con decirle a mamá y a papá que somos homosexuales, travestis, lesbianas, gays, transgéneros, transexuales, intersexuales, asexuales, que tenemos vidas sexuales afectivas alternativas. Bastante tenemos con pasar el trago en la garganta esperando la reacción homofóbica de cualquiera al que le decimos nuestros verdaderos sentimientos y deseos. A vivir ese miedo de mostrarnos tal cual somos. No la tenemos fácil, no necesitamos que el estado nos certifique lo que somos, nuestra calidad sexual la conocemos y reconocemos con orgullo.
Nunca más en este planeta vamos a permitir que se nos oprima y aplaste por causa de preferencia sexual u orientación de género. No se los vamos a permitir ni a los tan preocupados por nosotros heterosexuales y mucho menos a homosexuales o bisexuales miembros de la comunidad perdidos en una lucha de poder obtusa que se traduce en dinero en la bolsa de ellos. No somos dignos de ser tratados así por ustedes los otros mucho menos por nosotros mismos. Una disculpa generalizada al cielo, disculpen ustedes tanta estupidez, corrupción y protagonismo en la búsqueda de erradicar la homofobia. Disculpen las molestias que la lucha por la igualdad de derechos en México les ocasiona. Yo quiero la Ley General de Igualdad y Derechos que propone la senadora Angélica de la Peña y repudio e invito a todos los mexicanos a repudiar la Ley Genera de la Diversidad Sexual. Son comparadas como el día y la noche respectivamente en cuanto al respeto y la promoción de los derechos humanos en nuestro país. Vamos hacia la luz, todos. Libertad sexual es libertad política. Porque los mexicanos cuando terminamos el día vamos a los brazos de nuestro cielito lindo, quien quiera que éste sea. Somos un país apasionado y enamorado. Somos un país afortunado.
Como población somos un grupo integrado en todas las células sociales, somos ciudadanos y somos mexicanos, somos iguales, somos todos los que sentimos que la persona que más falta nos hace en la vida es de un sexo igual y no diferente, como dicta la norma de la heterosexualidad que se ve con total admiración y aplausos. Somos nosotros, los que no sentimos eso por el sexo opuesto sino por el mismo sexo, los que trabajamos, estudiamos, resolvemos, celebramos, pagamos, compramos, vivimos, y exigimos nuestro derecho a hacerlo amparados por todos los derechos que dictan los tratados internacionales en materia de derechos humanos que nuestro país ha signado.
Sin embargo proponer credencializar nuestra no heterosexualidad, someternos a cartillas especiales de vacunación y brindarnos aún la mayoría de edad en guarderías es más que absurdo, es una ley hecha con las patas de gente muy poco cuidadosa y oportunista. Gente que por desgracia para el planeta y el país pertenece a la población LGBTTTI, se trata de plumas muy desafortunadas en manos de ideas aún más tristes. ¿Porqué pedir que el estado se comporte con ellos y con todos como lo harían los nazis en el tercer Reich? Es preocupante que semejante ley disparatada y obtusa haya salido de plumas de la diversidad, denota qué visión tienen de sí mismos estos pillos de mala muerte. Increíble que la buena voluntad del estado en este caso por parte de la única senadora del partido de izquierda ciudadana haya quedado en manos de una mujer psicológica que quiere que el estado certifique su calidad de mujer no heterosexual, tener una cartilla de vacunación especial y exigir que se le trate como una minusválida sexual siendo solamente un ser minusválido en los ideales y la buena manera de vivir. De pena ajena ante el país entero porque con estas propuestas nos vemos orillados a levantar la voz ante nosotros mismos y los líderes fraudulentos que ostentan un trono que no existe en el colectivo, no nos representa a todos nadie, somos muchas cabezas, muchas voces, y nos alzamos a la vez para decir basta de homofobia de estado hacia nosotros, ya bastante tenemos con decirle a mamá y a papá que somos homosexuales, travestis, lesbianas, gays, transgéneros, transexuales, intersexuales, asexuales, que tenemos vidas sexuales afectivas alternativas. Bastante tenemos con pasar el trago en la garganta esperando la reacción homofóbica de cualquiera al que le decimos nuestros verdaderos sentimientos y deseos. A vivir ese miedo de mostrarnos tal cual somos. No la tenemos fácil, no necesitamos que el estado nos certifique lo que somos, nuestra calidad sexual la conocemos y reconocemos con orgullo.
Nunca más en este planeta vamos a permitir que se nos oprima y aplaste por causa de preferencia sexual u orientación de género. No se los vamos a permitir ni a los tan preocupados por nosotros heterosexuales y mucho menos a homosexuales o bisexuales miembros de la comunidad perdidos en una lucha de poder obtusa que se traduce en dinero en la bolsa de ellos. No somos dignos de ser tratados así por ustedes los otros mucho menos por nosotros mismos. Una disculpa generalizada al cielo, disculpen ustedes tanta estupidez, corrupción y protagonismo en la búsqueda de erradicar la homofobia. Disculpen las molestias que la lucha por la igualdad de derechos en México les ocasiona. Yo quiero la Ley General de Igualdad y Derechos que propone la senadora Angélica de la Peña y repudio e invito a todos los mexicanos a repudiar la Ley Genera de la Diversidad Sexual. Son comparadas como el día y la noche respectivamente en cuanto al respeto y la promoción de los derechos humanos en nuestro país. Vamos hacia la luz, todos. Libertad sexual es libertad política. Porque los mexicanos cuando terminamos el día vamos a los brazos de nuestro cielito lindo, quien quiera que éste sea. Somos un país apasionado y enamorado. Somos un país afortunado.
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