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sábado, 25 de junio de 2011

Una Novela de amores bizarros


LA BALADA DEL CAFÉ TRISTE es la historia de un triangulo amoroso entre una machorra, un delincuente y un jorobado. Una geometría amorosa imposible que va más allá de géneros y sexualidades.
En un pueblo perdido del sur de los estados unidos vivió Amelia, una mujer de extraña y poderosa musculatura, con grandes ojos grises bizcos y una total ausencia de feminidad. Sola, tras la muerte de su padrem se dedica a ser la doctora del pueblo y, a la vez, venderles el mejor whiskey de la comarca. Fácil de pleito no reparaba en litigar con cualquiera para ganar dinero. Su manera de relacionarse con la comunidad era completamente monetaria.
Marvin era el chico malo del pueblo, pero un día se enamora de Amelia y se transforma para casarse con ella. Amelia lo aceptó, pero la noche de bodas lo surtió a puñetazos y lo mandó a dormir a un cobertizo pasando a ser el hazme reír de todo el pueblo. Su matrimonio con Amelia duró diez días.
El Primo Lymon llegó un día al pueblo argumentando un cierto parentesco con Amelia, cuando todo el pueblo esperaba ver irse al jorobado por donde llegó Amelia lo acogió y le celebraba todo tipo de gracias y monerías. Amelia se enamoró del Jorobado, la única persona con la que hablaba, la única persona que quería. Sólo había un tema que no se podía tocar, Marvin, ahora convertido en un delincuente, un bandolero y encarcelado en Atlanta.
Al primo Lymon le gustaba que le prestaran atención y no pocas veces amarraba navajas para disfrutar de una buena pelea. No era lo que se podría decir una buena persona, pero sí un buen personaje.
Poco a poco la venta de whiskey se amplió a la casa y surgió el café. La casa de Amelia se convirtió en punto de encuentro y todo el pueblo podía prestarle atención al primo Lymon. Pronto corrió la noticia de que Marvin estaba libre y regresaría al pueblo. Marvin, como todos los secretos, fascinaba a Lymon  Un día apareció en una de las mesas del rincón y Lymon cayó a sus pies rendido, Marvin tenía todo lo que Lymon quisiera ser en un hombre. Todos sus complejos se ponen al servicio de la galanura de Marvin. El colmo había llegado: Amelia tenía que soportar a Marvin si quería ver a Lymon contento y Amelia, que amaba a Lymon como se ama la ausencia del silencio en una vida entera de soledad, soportaba a Marvin mientras humillaba y golpeaba al primo Lymon lo que parecía causarle mucha gracia.
Todo llegó a su límite, y Amelia desafía a Marvin a una pelea a golpes. El entusiasmo del pueblo por apostar a tal o a cual contendiente no se hizo esperar. El primo Lymon, pegado a Marvin le dedicaba toda su atención a los preparativos de la contienda por sus favores, eso era lo que estaba en juego, el primo Lymon. Amelia entrenaba sola y con todas sus fuerzas por el amado primo, Marvin entrenaba para propinarle una golpiza a su amada Amelia aun cuando se llevara el premio mayor, Lymon, aunque no lo quería para él sí lo acaparaba para que Amelia no lo tuviera.
El triángulo amoroso continúa y no quiero arruinarles la historia mis queridas alumnas de ESCUELA DE SEÑORITAS. Mejor léanla. La balada del café triste, de Carson McCullers

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